06/02/18 - El referente de la Academia de Tenis del Sport comenta sobre el trabajo que se viene realizando desde el club con los juveniles que compiten a nivel nacional, y las expectativas para este 2018.

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Agustín, ya comienza un nuevo año de competencia para los tenistas del Sport. Pero antes de eso ¿Qué balance haces del 2017?

El 2017 fue muy positivo, con la mayoría de los jugadores teniendo desempeños muy buenos, logrando varios de los objetivos que nos habíamos planteado a principio de año. Por ejemplo, llegamos a tener a 12 chicos representándonos en un Grado 2, lo que ocurrió en San Juan. En los Grado 1, siempre tuvimos a alguno participando. También es para resaltar que tres jugadores del club integraron los equipos de Córdoba que ganaron el Nacional Sub 10 por Equipos en cuatro ocasiones. Y a uno que clasificó y jugó el Masters de Sub 12, terminando entre los ocho primeros del ranking nacional. En Sub 16, tuvimos a un jugador que acabó entre los 20 mejores del país, y en Sub 14 y Sub 18, a dos Top 40. Todo eso, más la cantidad de chicos que tenemos en la Academia, sigue fortaleciendo nuestro rol como uno de los dos grandes semilleros del tenis de la provincia.

Es un muy lindo laurel que se puede colgar el club: Semillero del tenis cordobés

Es que es así. Más allá que después lleguen a jugar o no, el club cuenta con casi 100 jugadores, de los cuales unos 30 compiten durante todo el año en distintas partes del país. El único caso similar dentro de la provincia es el de la Academia de Inés Gorrochategui, en Villa Allende. Para nosotros es motivo de gran orgullo.

Antes hablabas de los resultados, aunque es bien sabido que desde el club también se apunta a la formación humana de los chicos como un objetivo fundamental ¿Cómo vienen trabajando en ese aspecto?

Le damos un valor muy importante. Es fundamental para nosotros el factor humano, más allá de los resultados deportivos. Desde hace un tiempo largo que venimos haciendo hincapié en ese aspecto, inculcándoles valores como el compañerismo, el esfuerzo, el respeto. Esa es la base que planteamos y a partir de allí construimos en materia tenística: lo físico y lo técnico. En ese sentido, nos da alegría ver como los chicos han madurado con los viajes, con los torneos, como aprenden a manejarse lejos de las comodidades de la casa, a relacionarse entre ellos como jugadores del club, compañeros y amigos, y con los pibes de otras ciudades y provincias.

¿A veces les cuesta a ustedes como profes hacer entender esa filosofía, tanto a los chicos como a los padres?

Sí, pero también lo tomamos como parte del proceso. Por suerte hemos ido evolucionando mucho en ese sentido, y ya la idea está más aceptada, aunque todavía hay que concientizar más. Lo importante a la edad que tienen los chicos, antes de poder empezar a competir fuerte en circuitos internacionales, por ejemplo, es tener una base técnica, física y humana. Pero no a obsesionarse con los resultados en competencia, ya habrá tiempo para eso en el futuro.

Sin embargo, muchos piensan que con ese modo de trabajo, los chicos parten con desventaja cuando son más grandes y tienen que competir en serio ¿Qué respuesta podes dar vos al respecto?

Que están completamente errados. No tenes ninguna garantía de que si empezas a trabajar fuerte desde más temprano vayas a tener resultados cuando llegas a profesional o semiprofesional. Te diría que es hasta al revés. No podes entrenar a un pibe de 15 como si tuviera 20. Lo arruinas física y hasta psicológicamente, siempre hablando en términos deportivos. Lo peor que podes hacer es quemar etapas. Y lo ves claramente en los tenistas que no tenían tan buen desempeño en menores, y que luego llegaron a profesionales y la rompen. Y también en lo contrario: Pibes que pintaban para cracks, y llegan a mayores fundidos.

¿Qué ejemplos podes darnos de casos exitosos?

Argentinos, te puedo nombrar a Diego Schwartzman y Federico Delbonis. También a Nicolás Kicker. Diego es número 24 del mundo, Federico 70 y Nicolás 80, nada más y nada menos. Y sin embargo, cuando jugaban en menores, no destacaban, a veces ni llegaban a estar entre los 10 primeros del ranking nacional.

¿Ocurre lo mismo a nivel internacional?

Ahí es más difícil dar una opinión fundada. Pero sí te puedo decir que viendo a un tipo como Roger Federer, que gana su 20º Grand Slam con 36 años y medio, y que está a punto de volver a ser el número uno del mundo con esa edad, te marca la tendencia de no hay que apurarse con la formación de los chicos. No hay que exprimirlos de pibes, porque tienen mucho por delante y las carreras ahora son más largas.